Siento la necesidad de verte, sentirte, escucharte, de estar contigo y sentirme feliz, no sé si mi felicidad dependerá de ti por siempre o solo en este momento, tal vez he buscado mi felicidad a costa de la tuya, lo que me deja como un egoísta, lo que nunca he querido ser.
Indudablemente anhelo verte feliz, cumpliendo los objetivos que has trazado en tu vida y si de mi depende, suprimiré los obstáculos que te limiten a lograrlo.
Me siento idiota, tratando de animarte a que estés bien conmigo, como si tuviera algo que ofrecerte, como si todo fuera a cambiar, animarte a vivir ilusionados con un final que solo estamos prolongando.
No pretendo ser un inconveniente en tu vida, toque fortuna al conocerte y formar parte de ella. A pesar que lo nuestro siempre fue una excepción, es de las mejores cosas que me han pasado en la vida.
Quizá sea la última carta que te escribo, soy débil para alejarme de las personas que en verdad quiero, y prefiero no hacerlo si de mi depende. Pero es mayor la necesidad que tengo de que seas feliz, y recuperes la confianza en ti.
No quiero ser un inconveniente en tu vida.
Jessi, mi bonita...
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