Marzo 03
Te he amado como a nada en el mundo,
Aquel día que te reencontré, detuve mi marcha, y despojé de mi lo que a lo largo de mi vida había acumulado, liberé el peso de cosas malas y otras buenas, para correr a ti y alcanzarte, liberé mi carga para caminar a tu paso, y recojer contigo un nuevo presente.
Pero es verdad, olvidé vaciar mi bolsillo pequeño, ahí se aloja la expresión más frágil que poseo, del cual tengo preceptos. No pude soltarlo, no puede caminar sin el, es tan frágil, es una parte de mi.
Quise ser como el, la persona casi perfecta de la que ella siempre me habló, del que solo pudo decirme cosas buenas, a quien le tenia mucho respeto, agradecimiento, amor, apoyo, admiración, al mayor amor de su vida, quien ha estado con ella en todo momento,
ni siquiera puedo competir aún sacando lo mejor que tengo, aún mostrando lo mejor de mi.
Dentro de mi esfuerzo por agradarle, terminé haciendo lo que nunca quise, la hice llorar, enojarse a cada momento, le quite la paz y la felicidad, la envolví con palabras que la elevaron, anhelos que no pude cumplir y al desvanecerse la dejaron caer.
Yo no soy para ti, yo no soy lo que buscas, tal vez cegué tus deseos con pequeñas dulzuras, dulzuras que se acabaron y nos hicieron mirar hacia atrás...
Jessi, mi bonita siempre...